Para poder hablar de esto con un poco de soltura, y teniendo en cuenta que no he hablado antes de ninguna base de aprendizaje, os explicaré un par de nociones básicas sin entrar a detallar demasiado.
En primer lugar, hemos de hablar del condicionamiento clásico. A todos os sonarán seguro Pavlov y su perro baboso, con campana incluida. El condicionamiento clásico es, por decirlo de algún modo, la forma más elemental de aprendizaje y se basa en la asociación entre un estímulo que de forma natural produce una respuesta en el sujeto (p.e. la comida produce el aumento de la secreción salivar en el perro de Pavlov) con otro estímulo que no la produce (que puede ser externo, interno, artificial, natural, temporal o lo que se le ocurra a quien diseña el estudio y en el caso de Pavlov y su perro sería la campana), de tal forma que si se dan una serie de condiciones (p.e. que ambos estímulos se presenten juntos en tiempo o espacio o la repetición) el estímulo que en principio no producía respuesta alguna acaba produciendo en el sujeto la misma respuesta que el estímulo relevante sin estar este presente (en el caso de Pavlov, el perro saliva al oir la campana aunque no se le suministre comida).
En segundo lugar, es necesario exponer el concepto del condicionamiento operante. Si bien en el paradigma del condicionamiento clásico el aprendizaje es elementalmente circunstancial, es decir, el sujeto pinta poco o nada más allá de percibir el estímulo como relevante, en el condicionamiento operante el focus está en la conducta del sujeto. Este tipo de aprendizaje conocido habitualmente por los estudios de Skinner y su caja (parodiada en la imagen arriba) lo que formula es una asociación entre la conducta que emite el sujeto y las consecuencias que posee. Un ejemplo podría ser el de un ratón en la caja de Skinner en estado de privación de alimento (para garantizar la motivación hacia la comida). La caja posee una bombilla y una palanca, y el ratón para obtener la comida deberá pulsar la palanca en función de lo que haga la bombilla. Los programas aquí pueden ser diversos, por ejemplo podemos hacer que tenga que pulsar con bombilla encendida, apagada, pulsar 3 veces con bombilla encendida, pulsar al menos 20 veces cada 10 segundos (reforzamiento diferencial de tasas altas), pulsar menos de 20 veces cada 10 segundos (reforzamiento diferencial de tasas bajas), etc. La cuestión es que a más complejo sea el programa, más difícil es el aprendizaje, y una vez adquirido los éxitos se disparan exponencialmente en lo que comúnmente conocemos como curva de aprendizaje.
Ahora bien, ¿qué pasa con la superstición? En estudios de condicionamiento operante en la caja de Skinner, se comprobó que algunos ratones hacían conductas no relacionadas con la consecución del reforzador (comida o drogas) como parte de la conducta deseada, que era el pulsar la palanca. Este hecho despertó la curiosidad de los investigadores que se propusieron discernir qué había detrás de ése comportamiento. Tras aislar las posibles variables tóxicas, es decir, todo aquello que no se había controlado y podía desencadenar ésa conducta, acabaron descubriendo que eventos que se habían repetido de forma azarosa antes de la conducta habían desarrollado un condicionamiento clásico que desencadenaba la conducta. Por poner un ejemplo, imaginad que estamos enseñando a los ratones a pulsar 3 veces la palanca mientras está encendida la bombilla para obtener un pelet de comida, y por azar se da en varias ocasiones que entra en el laboratorio un experimentador en la sala, abriendo y cerrando la puerta. El ratón podría establecer asociar el ruido de la puerta (que es azaroso y ambiental) e interpretarlo como un segundo estímulo discriminativo, vamos, como si fuese una segunda bombilla, por lo que el aprendizaje (y la conducta derivada) no sería pulsar tres veces con bombilla encendida, sino pulsar tres veces con bombilla encendida y ruido de puerta, lo cual constituye una superstición ya que supone la inclusión de una condición o conducta que no es realmente necesaria para conseguir el objetivo, aunque el sujeto así lo perciba.
Este condicionamiento "accidental" no sólo se da con variables ambientales, sino que puede aparecer por conductas azarosas del propio sujeto. Por ejemplo se han documentado casos de roedores haciendo conductas como saltar, rascarse o dar vueltas antes de darle a la palanca para obtener comida.
Por último y para enlazar con la entrada del compañero Bairrin, me gustaría tratar de aventurar posibles aprendizajes accidentales que hayan podido dar lugar a las conductas que comenta:
"No me toques el dado que me lo gafas." - Aquí la asociación puede haberse dado entre el hecho de compartir los dados y malos resultados en las partidas, o resultados percibidos como especialmente negativos. Sostenido en el tiempo puede hacer que el hecho de que el otro toque tus dados se asocie a mala suerte o a perder, en lugar de a otras conductas que podrían tener más que ver como por ejemplo la habilidad propia o la del rival.
"Dado bueno, dado malo. " - Este caso es más claro como condicionamiento clásico, es decir, lo que se asocia es una propiedad física del dado como el color que nos permite diferenciar el dado del resto, con la percepción de que el dado nos da malos resultados (lo cual es estadísticamente poco realista y viene explicado por un proceso denominado heurístico de disponibilidad, como expliqué en otra entrada).
"El Karma." - El karma es otra creencia basada en el heurístico de disponibilidad, es decir, si creo que el karma funciona consideraré relevantes los casos en que se cumpla la norma del karma pero descartaré automáticamente el resto de casos, así que cuando recuerde situaciones de karma todas confirmarán mi creencia.
"Miniatura gafe, héroe insospechado." - El mecanismo vendría a ser el mismo que el del dado bueno y el dado malo, condicionamiento clásico entre la miniatura y el resultado que nos da en la batalla.
"Invocando a los poderes superiores." - Esto estaría en el límite entre el pensamiento religioso (que tiene la potestad de atribuir la responsabilidad de lo que no controlamos a "poderes superiores", librándonos de la responsabilidad de nuestros actos) y la superstición. Si nos encomendamos al Trono Dorado antes de hacer una tirada y por azar nos sale bien, lo incluimos al aprendizaje. Si se van dando casos confirmatorios, se reafirma el aprendizaje y hace que lo hagamos siempre que queramos buenas tiradas.
Y como dice Bairrin, y lo que queda por considerar. En un juego que es fundamentalmente de azar, las probabilidades de hacer aprendizajes supersticiosos son infinitas, dado que no llegamos a controlar completamente el resultado de nuestras acciones nunca, y en ése entorno de ambigüedad constante es muy fácil asociar conductas y estímulos irrelevantes a los que realmente lo son.
¡Un saludo a todos!
PD: MakurA, ¿ves como sí tenía más entradas sobre psicología en el tintero? xD
En primer lugar, hemos de hablar del condicionamiento clásico. A todos os sonarán seguro Pavlov y su perro baboso, con campana incluida. El condicionamiento clásico es, por decirlo de algún modo, la forma más elemental de aprendizaje y se basa en la asociación entre un estímulo que de forma natural produce una respuesta en el sujeto (p.e. la comida produce el aumento de la secreción salivar en el perro de Pavlov) con otro estímulo que no la produce (que puede ser externo, interno, artificial, natural, temporal o lo que se le ocurra a quien diseña el estudio y en el caso de Pavlov y su perro sería la campana), de tal forma que si se dan una serie de condiciones (p.e. que ambos estímulos se presenten juntos en tiempo o espacio o la repetición) el estímulo que en principio no producía respuesta alguna acaba produciendo en el sujeto la misma respuesta que el estímulo relevante sin estar este presente (en el caso de Pavlov, el perro saliva al oir la campana aunque no se le suministre comida).
En segundo lugar, es necesario exponer el concepto del condicionamiento operante. Si bien en el paradigma del condicionamiento clásico el aprendizaje es elementalmente circunstancial, es decir, el sujeto pinta poco o nada más allá de percibir el estímulo como relevante, en el condicionamiento operante el focus está en la conducta del sujeto. Este tipo de aprendizaje conocido habitualmente por los estudios de Skinner y su caja (parodiada en la imagen arriba) lo que formula es una asociación entre la conducta que emite el sujeto y las consecuencias que posee. Un ejemplo podría ser el de un ratón en la caja de Skinner en estado de privación de alimento (para garantizar la motivación hacia la comida). La caja posee una bombilla y una palanca, y el ratón para obtener la comida deberá pulsar la palanca en función de lo que haga la bombilla. Los programas aquí pueden ser diversos, por ejemplo podemos hacer que tenga que pulsar con bombilla encendida, apagada, pulsar 3 veces con bombilla encendida, pulsar al menos 20 veces cada 10 segundos (reforzamiento diferencial de tasas altas), pulsar menos de 20 veces cada 10 segundos (reforzamiento diferencial de tasas bajas), etc. La cuestión es que a más complejo sea el programa, más difícil es el aprendizaje, y una vez adquirido los éxitos se disparan exponencialmente en lo que comúnmente conocemos como curva de aprendizaje.
Ahora bien, ¿qué pasa con la superstición? En estudios de condicionamiento operante en la caja de Skinner, se comprobó que algunos ratones hacían conductas no relacionadas con la consecución del reforzador (comida o drogas) como parte de la conducta deseada, que era el pulsar la palanca. Este hecho despertó la curiosidad de los investigadores que se propusieron discernir qué había detrás de ése comportamiento. Tras aislar las posibles variables tóxicas, es decir, todo aquello que no se había controlado y podía desencadenar ésa conducta, acabaron descubriendo que eventos que se habían repetido de forma azarosa antes de la conducta habían desarrollado un condicionamiento clásico que desencadenaba la conducta. Por poner un ejemplo, imaginad que estamos enseñando a los ratones a pulsar 3 veces la palanca mientras está encendida la bombilla para obtener un pelet de comida, y por azar se da en varias ocasiones que entra en el laboratorio un experimentador en la sala, abriendo y cerrando la puerta. El ratón podría establecer asociar el ruido de la puerta (que es azaroso y ambiental) e interpretarlo como un segundo estímulo discriminativo, vamos, como si fuese una segunda bombilla, por lo que el aprendizaje (y la conducta derivada) no sería pulsar tres veces con bombilla encendida, sino pulsar tres veces con bombilla encendida y ruido de puerta, lo cual constituye una superstición ya que supone la inclusión de una condición o conducta que no es realmente necesaria para conseguir el objetivo, aunque el sujeto así lo perciba.
Este condicionamiento "accidental" no sólo se da con variables ambientales, sino que puede aparecer por conductas azarosas del propio sujeto. Por ejemplo se han documentado casos de roedores haciendo conductas como saltar, rascarse o dar vueltas antes de darle a la palanca para obtener comida.
Por último y para enlazar con la entrada del compañero Bairrin, me gustaría tratar de aventurar posibles aprendizajes accidentales que hayan podido dar lugar a las conductas que comenta:
"No me toques el dado que me lo gafas." - Aquí la asociación puede haberse dado entre el hecho de compartir los dados y malos resultados en las partidas, o resultados percibidos como especialmente negativos. Sostenido en el tiempo puede hacer que el hecho de que el otro toque tus dados se asocie a mala suerte o a perder, en lugar de a otras conductas que podrían tener más que ver como por ejemplo la habilidad propia o la del rival.
"Dado bueno, dado malo. " - Este caso es más claro como condicionamiento clásico, es decir, lo que se asocia es una propiedad física del dado como el color que nos permite diferenciar el dado del resto, con la percepción de que el dado nos da malos resultados (lo cual es estadísticamente poco realista y viene explicado por un proceso denominado heurístico de disponibilidad, como expliqué en otra entrada).
"El Karma." - El karma es otra creencia basada en el heurístico de disponibilidad, es decir, si creo que el karma funciona consideraré relevantes los casos en que se cumpla la norma del karma pero descartaré automáticamente el resto de casos, así que cuando recuerde situaciones de karma todas confirmarán mi creencia.
"Miniatura gafe, héroe insospechado." - El mecanismo vendría a ser el mismo que el del dado bueno y el dado malo, condicionamiento clásico entre la miniatura y el resultado que nos da en la batalla.
"Invocando a los poderes superiores." - Esto estaría en el límite entre el pensamiento religioso (que tiene la potestad de atribuir la responsabilidad de lo que no controlamos a "poderes superiores", librándonos de la responsabilidad de nuestros actos) y la superstición. Si nos encomendamos al Trono Dorado antes de hacer una tirada y por azar nos sale bien, lo incluimos al aprendizaje. Si se van dando casos confirmatorios, se reafirma el aprendizaje y hace que lo hagamos siempre que queramos buenas tiradas.
Y como dice Bairrin, y lo que queda por considerar. En un juego que es fundamentalmente de azar, las probabilidades de hacer aprendizajes supersticiosos son infinitas, dado que no llegamos a controlar completamente el resultado de nuestras acciones nunca, y en ése entorno de ambigüedad constante es muy fácil asociar conductas y estímulos irrelevantes a los que realmente lo son.
¿Se os ocurren más conductas supersticiosas? ¿Formularíais de otra forma los estímulos y aprendizajes del compañero? ¿Conocíais algo sobre Pavlov, Skinner o aprendizaje antes? ¿Os interesa este tema, os gustaría ver más sobre esto? ¿Se os ocurren más formas en que el aprendizaje influye en las partidas?
¡Un saludo a todos!
PD: MakurA, ¿ves como sí tenía más entradas sobre psicología en el tintero? xD
Árbitro: Departamento de RRHH... ¿en que puedo ayudarle?
ResponderEliminarJugador: Verá... necesito un experto en invocaciones a los poderes ruinosos ¿tiene a alguno disponible?
A: Ahora, pero tenemos un ratón que da a la palanca tres veces y saca seises en los dados.
J: Me lo llevo
XDDDDD
Jajaja, muy interesante, a pesar de que estemos a la altura de las ratas...
ResponderEliminarPor cierto, lo que no has contado es que el tal skinner murió apuñalado por un asesino enviado por el consejo de los 13...nadie experimenta con los skaven y vive para contarlo. (Salvo los propios skaven...)
@Hofferber Mientras la gente use ratones "saca seises" y no le de por dar vueltas antes de tirar como los mentados ratones... xDDD
ResponderEliminar@bairrin Pues sí, una de las bases del modelo médico (del que se nutre gran parte de la psicología) es la base de que el modelo animal es válido, es decir, biológicamente las estructuras cerebrales son similares y por tanto las conclusiones son extrapolables. A ver si no a quien metíamos en la caja de Skinner... xD Además, no dejamos de ser animales :P
¡Gracias por comentar!
Sabía que tenía que haber puesto "juegos mentales" o "pajas mentales" xDDD
ResponderEliminarTodo el artículo está muy bien, y es una perfecta explicación de el origen de las "costumbres supersticiosas" en muchos casos (porque no en el 100%, o sí?), pero me hubiera gustado que validaras o refutaras el resto de las cosas que comentaba ^^
Que sí, que ya me vale hablar de cosas que apenas conozco (aunque en mi defensa debo decir que yo también estudié psicología, o al menos estuve matriculado en la carrera xDDD).
En concreto, parece que la parte de desvincularnos de nuestra "responsabilidad" y dar poder a "algo superior" aunque lo mencionas brevemente, no andaba yo equivocado.
Pero lo que me hubiera encantado que comentaras es la moraleja:
Que si uno tiene supersticiones, que se limiten a cosas rollo "si invoco al emperador, mis tiradas serán mejor de lo normal". Así esas supersticiones nos harán estar en estados positivos de concentración y moral. No como si tenemos creencias rollo "si me tocan los dados, pierdo la partida", ya que esas creencias no sólo no aportan nada, sino que nos pueden empujar hacia estados mentales chungos.
PS. Superstición aprendida hoy: Si uso el término "psicológico" a la ligera, Sekiz aparecerá y se currará posts interesantes ^^
@MakurA Gracias por el comentario y por sacar más miga de la entrada :3
ResponderEliminarLa idea es que sí, este aprendizaje ambiental es lo que está detrás del comportamiento supersticioso, aunque luego las interpretaciones humanas y su afán por estructurar lo ambiguo (pareidolia) pueden hacer su juego. P.e. una persona encuentra un billete de 50 euros mientras cae un rayo puede desarrollar una superstición, aunque el sentido ya... puede interpretar que el rayo es una señal divina y hacer una atribución religiosa o interpretar que es una señal de mal agüero :P
Lo de ceder la responsabilidad a un poder superior nace de la división clásica en antropología entre tres tipos de pensamiento: científico, mágico y religioso. Tradicionalmente se ha considerado que las bases del pensamiento de estos dos últimos tienen mucho que ver con estas asociaciones azarosas. Por otro lado, tiene que ver con los estilos de atribución y lo que en psicología se llama el "locus de control", que acaba suponiendo si ante las cosas que te pasan en la vida te sientes responsable o responsabilizas a otros (donde entra Dios, por supuesto xD).
El párrafo que comentas es interesante en cuanto al efecto en la conducta, no toda superstición es destructiva o negativa eso es obvio. La pregunta para la reflexión es, si crees firmemente en la superstición hasta hacerlo de una forma profunda y personal, similar a lo que la religión llama fe, ¿qué pasa cuando la superstición deja de cumplirse por el mismo azar que la generó?
¡Un saludo, y gracias de nuevo!
PD: Mi superstición para hoy es que si menciono frases malinterpretables en mis post, MakurA se currará comentarios interesantes :3
PD2: Creo que hay confianza para que no haga falta mencionarlo, pero no me molesta cómo uses el término y ambas menciones, la de arriba y esta van de coña xD
Claro, hombre, si no te daba yo por ofendido ni de coña xDDD
ResponderEliminarPero cuando a uno le dan una "invitación al escenario", es complicado resistirse y no subir. O dicho de otro modo: Que estaba demasiado a huevo para no decir nada ^^
Respondiendo a tu pregunta: Yo en concreto, me busco "supersticiones" que representan sólo "extras". Por ejemplo, no pienso en que "si una rubia tetuda sopla mis dados, sacaré una buena tirada por narices", sino que pienso "si una rubia tetuda sopla mis dados, es más fácil que la tirada me salga bien, y si no es así, es porque tenía que ser y/o porque obtendré una tirada mejor en otro momento".
Jamás dejaría arraigar una superstición tipo "si se me cruza un gato negro, me voy a poner enfermo", o volviendo al ejemplo de antes: "si la rubia tetuda no me sopla los dados, perderé la partida".
En realidad no tengo supersticiones concretas con los dados, porque mi parte de amante de la probabibidad y la estadística me corta demasiado el rollo. Pero si me permito darle matices "irracionales" a determinadas ideas que me hagan estar más contento y motivado. Siempre con mucho cuidado de de que las "supersticiones" en cuestión no me supongan una obligación (vamos, que si no hago nada, no pasa nada de nada) y sobre todo que no se me vaya de las manos y sepa que son eso, muletillas divertidas e "irracionales" que me ayudan a conseguir determinados estados emocionales y mentales.
Rizaría el rizo y hablaría de metafísica, magia y otras "excentricidades", pero sinceramente no me parece el momento ni el lugar y además no me apetece teclear más de lo estrictamente necesario. Y nótese por las comillas que para mi no son "excentricidades" para nada. O al menos no del todo y/o no siempre.
Muy interesante el articulo. Yo tengo un amigo que es medio supersticioso y cuando hace cálculos para ver si puede llevarse a una unidad por delante en los cálculos incluye que va a sacar buenas tiradas, porque está tan acostumbrado a que le salgan buenas tiradas siempre que por ejemplo para el en un calculo de 12 dados a 4+ el cuenta que van a dar 8 en lugar de 6. El nota es la polla y lo peor es que lo piensa así.
ResponderEliminarPD: Si una rubia tetona me sopla los dados yo dejo de jugar y me llevo a dar una vuelta a ver si le apetece soplar otra cosa jajaja
@Kombo Me alegro de que te haya gustado :3 Sí, yo conozco también a un jugador que cuenta con el hecho de que tendrá buena suerte, el problema es como comentaba con MakurA, cuando estas creencias no se cumplen xD
ResponderEliminar¡Un saludo!
No se te tienen que subir las supersticiones a la cabeza, pero de vez en cuando creer en alguna te puede alegrar el día, o quitar responsabilidades que te lleven de cabeza por alguna tontería.
ResponderEliminarMientras leía tu entrada pensaba "vale, otra razón más para dejar de creer en tonterías" pero voy viendo a la vez cómo se apaga una lucecita y la vida se vuelve más seria bajo un manto de estrictas normas científicas justificándolo todo.
Ni tanto, ni tan calvo.